20 de diciembre de 2011

Para empezar;

He llorado por quién no debía y he reído con falsas amistades. He abrazado a la persona que pensé que nunca me haría daño y me he dado cuenta de que no se merecía ni el roce de mi piel. He descubierto que el paraíso puede encontrarse en el tacto de una piel suave, que las caricias son más fuertes que los golpes y que los besos pueden hacerte volar. He disfrutado de pequeños detalles, y he aprendido, que el verdadero secreto de todo está en no arrepentirse de nada.

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